Laudes DOMINGO SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, solemnidad

 DOMINGO SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO, solemnidad

Laudes

Si las Laudes empiezan con el Invitatorio se omite la siguiente invocación y se dice el himno.

Invocación inicial

V.Dios mío, ven en mi auxilio.

R.Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

I [II]

Altar de Dios: el centro de la vida

con el Señor en medio de su pueblo,

mesa del pan que a todos nos convida

a reunirnos en un mundo nuevo.


Altar de Dios: la fuente de aguas vivas

para saciar la sed del universo:

«Que todos sean uno» en Jesucristo,

la oración del Señor, su testamento.


Pueblo de Dios, escucha su palabra,

que está el Señor presente entre los hombres;

pueblo de Dios, camino de la patria,

convoca a la unidad a las naciones.


Venid a la asamblea, de Dios es la llamada,

que nadie quede fuera, de todos es la casa.

Miembros de Cristo fieles, y de su amor testigos,

pueblo de Dios, de paz sediento y peregrino.


Pueblo de Dios, escucha su palabra,

que está el Señor presente entre los hombres;

pueblo de Dios, camino de la patria,

convoca a la unidad a las naciones.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

II [II]

Oveja perdida, ven

   sobre mis hombros, que hoy

   no solo tu pastor soy,

   sino tu pasto también.


Por descubrirte mejor

cuando balabas perdida,

dejé en un árbol la vida

donde me subió el amor;

si prenda quieres mayor,

mis obras hoy te la den.


Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,

¿cuál dará mayor asombro,

o el traerte yo en el hombro

o el traerme tú en el pecho?

Prendas son de amor estrecho

que aun los más ciegos las ven.

Himno latino

Verbum supérnum pródiens

nec Patris linquens déxteram,

ad opus suum éxiens

venit ad vitæ vésperam.


   In mortem a discípulo

suis tradéndus aémulis,

prius in vitæ férculo

se trádidit discípulis.


   Quibus sub bina spécie

carnem dedit et sánguinem,

ut dúplicis substántiæ

totum cibáret hóminem.


   Se nascens dedit sócium,

convéscens in edúlium,

se móriens in prétium,

se regnans dat in praémium.


   O salutáris hóstia,

quæ cæli pandis óstium,

bella premunt hostília:

da robur, fer auxílium.


   Uni trinóque Dómino

sit sempitérna glória,

qui vitam sine término

nobis donet in pátria. Amen.

Ant. 1. Con manjar de ángeles alimentaste a tu pueblo, proporcionándole pan desde el cielo. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

El alma sedienta de Dios

Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas.


Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua.


¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios.


Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré como de enjundia y de manteca,

y mis labios te alabarán jubilosos.


En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Con manjar de ángeles alimentaste a tu pueblo, proporcionándole pan desde el cielo. Aleluya.

Ant. 2. Sacerdotes consagrados ofrecen a Dios incienso y pan. Aleluya.

Cántico

Dan 3, 57-88. 56

Toda la creación alabe al Señor

Alabad al Señor, sus siervos todos (Ap 19, 5).


Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.


Ángeles del Señor, bendecid al Señor;

cielos, bendecid al Señor.


Aguas del espacio, bendecid al Señor;

ejércitos del Señor, bendecid al Señor.


Sol y luna, bendecid al Señor;

astros del cielo, bendecid al Señor.


Lluvia y rocío, bendecid al Señor;

vientos todos, bendecid al Señor.


Fuego y calor, bendecid al Señor;

fríos y heladas, bendecid al Señor.


Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;

témpanos y hielos, bendecid al Señor.


Escarchas y nieves, bendecid al Señor;

noche y día, bendecid al Señor.


Luz y tinieblas, bendecid al Señor;

rayos y nubes, bendecid al Señor.


Bendiga la tierra al Señor,

ensálcelo con himnos por los siglos.


Montes y cumbres, bendecid al Señor;

cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.


Manantiales, bendecid al Señor;

mares y ríos, bendecid al Señor.


Cetáceos y peces, bendecid al Señor;

aves del cielo, bendecid al Señor.


Fieras y ganados, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.


Hijos de los hombres, bendecid al Señor;

bendiga Israel al Señor.


Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;

siervos del Señor, bendecid al Señor.


Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;

santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.


Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.


Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,

ensalcémoslo con himnos por los siglos.


Bendito el Señor en la bóveda del cielo,

alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Al final de este cántico no se dice "Gloria al Padre".

Ant. Sacerdotes consagrados ofrecen a Dios incienso y pan. Aleluya.

Ant. 3. Al que salga vencedor le daré maná escondido y un nombre nuevo. Aleluya.

Salmo 149

Alegría de los santos

Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran en su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio).


Cantad al Señor un cántico nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que se alegre Israel por su Creador,

los hijos de Sion por su Rey.


Alabad su nombre con danzas,

cantadle con tambores y cítaras;

porque el Señor ama a su pueblo

y adorna con la victoria a los humildes.


Que los fieles festejen su gloria

y canten jubilosos en filas:

con vítores a Dios en la boca

y espadas de dos filos en las manos:


para tomar venganza de los pueblos

y aplicar el castigo a las naciones,

sujetando a los reyes con argollas,

a los nobles con esposas de hierro.


Ejecutar la sentencia dictada

es un honor para todos sus fieles.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al que salga vencedor le daré maná escondido y un nombre nuevo. Aleluya.

Lectura breve

Mal 1, 11


Del oriente al poniente es grande entre las naciones mi nombre; en todo lugar ofrecerán incienso y sacrificio a mi nombre, una ofrenda pura, porque es grande mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los ejércitos—.

Responsorio

V.Sacas pan de los campos. Aleluya, aleluya.

R.Sacas pan de los campos. Aleluya, aleluya.

V.Y vino que alegra el corazón del hombre.

R.Aleluya, aleluya.

V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R.Sacas pan de los campos. Aleluya, aleluya.

Cántico evangélico

Ant. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya.

Benedictus

Lc 1, 68-79

El Mesías y Precursor

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado 

  y redimido a su pueblo,

suscitándonos una fuerza de salvación 

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas.


Es la salvación que nos libra 

  de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

realizando la misericordia

que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró 

  a nuestro padre Abrahán.


Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.


Y a ti, niño, te llamarán profeta 

  del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.


Por la entrañable misericordia 

  de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tinieblas

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya.

Preces para consagrar a Dios el día y el trabajo

V.Imploremos, hermanos, a Jesucristo, que es el pan de la vida, diciéndole jubilosos:

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

1.Cristo, sacerdote de la alianza nueva y eterna, que en el ara de la cruz ofreciste al Padre el sacrificio perfecto,

enséñanos a ofrecerlo junto contigo.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

2.Cristo, altísimo rey de paz y de justicia, que consagraste el pan y el vino como signo de tu propia oblación,

haz que sepamos ofrecernos junto contigo.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

3.Cristo, verdadero adorador del Padre, cuya ofrenda pura ofrece la Iglesia del oriente al poniente,

junta en la unidad de tu cuerpo a los que alimentas con un mismo pan.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

4.Cristo, maná bajado del cielo, que nutres a la Iglesia con tu cuerpo y sangre,

haz que caminemos con la fuerza de este alimento.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

5.Cristo, huésped invisible de nuestro convite, que estás a la puerta llamando,

ven a nosotros, para que podamos comer juntos.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

Pueden añadirse intenciones particulares que concluyen con la respuesta propuesta más arriba.

R.Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

Oración dominical

V.Y ahora digamos todos juntos la oración que Cristo, el Señor, nos ha enseñado:


Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra 

  como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación

y líbranos del mal.

Oración conclusiva

V.Oh, Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.

R.Amén.

Conclusión

1.En la recitación individual, o si el que preside no es un ministro ordenado, se concluye:

V.El Señor nos bendiga, 

  nos guarde de todo mal

y nos lleve a la vida eterna.

R.Amén.

2.Si el que preside es un ministro ordenado, bendice al pueblo diciendo:

V.El Señor esté con vosotros.

R.Y con tu espíritu.

V.La paz de Dios, 

  que sobrepasa todo juicio, 

custodie vuestros corazones 

  y vuestros pensamientos 

en el conocimiento y el amor de Dios 

y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

R.Amén.

V.Y la bendición 

  de Dios todopoderoso, 

Padre, Hijo

V.+

V.y Espíritu Santo,

descienda sobre vosotros 

  y os acompañe siempre.

R.Amén.

Si se despide a la asamblea se añade:

Podéis ir en paz.

R.Demos gracias a Dios.


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