Segundas Vísperas DOMINGO SANTÍSIMA TRINIDAD, solemnidad

 DOMINGO SANTÍSIMA TRINIDAD, solemnidad


Segundas Vísperas

Invocación inicial

V.Dios mío, ven en mi auxilio.

R.Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,

la Iglesia nos sumerge en tu misterio;

te confesamos y te bendecimos,

   Señor, Dios nuestro.


Como un río en el mar de tu grandeza,

el tiempo desemboca en hoy eterno,

lo pequeño se anega en lo infinito,

   Señor, Dios nuestro.


Oh Palabra del Padre, te escuchamos;

oh Padre, mira el rostro de tu Verbo;

oh Espíritu de amor, ven a nosotros;

   Señor, Dios nuestro.


¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,

haced de nuestras almas vuestro cielo,

llevadnos al hogar donde tú habitas,

   Señor, Dios nuestro.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:

Fuente de gozo pleno y verdadero,

al Creador del cielo y de la tierra,

   Señor, Dios nuestro. Amén.

Himno latino

Imménsa et una, Trínitas,

cuius potéstas ómnia

facit regítque témpora

et exstat ante saécula,


   Tu sola pleno súfficis

tibi beáta gáudio;

tu pura, simplex, próvida

cælos et orbem cóntines.


   Omnis, Pater, fons grátiæ,

Lumen patérnæ glóriæ,

Sancte utriúsque Spíritus

intermináta cáritas,


   Ex te supréma orígine,

Trias benígna, prófluit

creáta quicquid sústinet,

quicquid decóre pérficit.


   Quos et coróna múneras

adoptiónis íntimæ,

nos templa fac niténtia

tibi placére iúgiter.


   O viva lux, nos ángelis

da íungi in aula caélica,

et grati amóris láudibus

te concinámus pérpetim. Amen.

Salmodia

Ant. 1. Oh verdadera y eterna Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Salmo 109, 1-5. 7


Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies».

Desde Sion extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.


«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora».


El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno,

según el rito de Melquisedec».


El Señor a tu derecha, el día de su ira,

quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,

por eso levantará la cabeza.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Oh verdadera y eterna Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Ant. 2. Líbranos, sálvanos, vivifícanos, oh santa Trinidad.

Salmo 113 A


Cuando Israel salió de Egipto,

los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,

Judá fue su santuario,

Israel fue su dominio.


El mar, al verlos, huyó,

el Jordán se echó atrás;

los montes saltaron como carneros;

las colinas, como corderos.


¿Qué te pasa, mar, que huyes,

y a ti, Jordán, que te echas atrás?

¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;

colinas, que saltáis como corderos?


En presencia del Señor se estremece la tierra,

en presencia del Dios de Jacob;

que transforma las peñas en estanques,

el pedernal en manantiales de agua.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Líbranos, sálvanos, vivifícanos, oh santa Trinidad.

Ant. 3. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y viene.

Cántico

Cf. Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya.

La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,

porque sus juicios son verdaderos y justos.

Aleluya.


Aleluya.

Alabad al Señor, sus siervos todos,

los que le teméis, pequeños y grandes.

Aleluya.


Aleluya.

Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,

alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

Aleluya.


Aleluya.

Llegó la boda del Cordero,

su esposa se ha embellecido.

Aleluya.


Aleluya.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Aleluya.

Ant. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y viene.

Lectura breve

Ef 4, 3-6


Esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

Responsorio

V.Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo por los siglos.

R.Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo por los siglos.

V.Al único Dios honor y gloria.

R.Ensalcémoslo por los siglos.

V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R.Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo por los siglos.

Cántico evangélico

Ant. A ti, Dios Padre no engendrado, a ti, Hijo único, a ti, Espíritu Santo Defensor, santa e indivisible Trinidad, te confesamos con el corazón y con la boca, te alabamos y te bendecimos; a ti la gloria por los siglos.

Magníficat

Lc 1, 46-55

Alegría del alma en el Señor


Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, 

  mi salvador;

porque ha mirado la humillación 

  de su esclava.


Desde ahora me felicitarán 

  todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho 

  obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.


Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.


Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

—como lo había prometido 

  a nuestros padres—

en favor de Abrahán 

  y su descendencia por siempre.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. A ti, Dios Padre no engendrado, a ti, Hijo único, a ti, Espíritu Santo Defensor, santa e indivisible Trinidad, te confesamos con el corazón y con la boca, te alabamos y te bendecimos; a ti la gloria por los siglos.

Preces o intercesiones

V.El Padre, al dar vida por el Espíritu Santo a la carne de Cristo, su Hijo, la hizo fuente de vida para nosotros. Elevemos, pues, al Dios uno y trino nuestro canto de alabanza:

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

1.Padre, Dios todopoderoso y eterno, envía en nombre de tu Hijo el Espíritu Santo Defensor sobre la Iglesia,

para que la mantenga en la unidad de la caridad y de la verdad plena.

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

2.Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo,

y les den firmeza en la fe.

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

3.Ayuda, Señor, a todos los perseguidos por causa de tu Hijo,

ya que él prometió que tú les darías el Espíritu de la verdad para que hablara por ellos.

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

4.Padre todopoderoso, que todos los hombres reconozcan que tú, con el Verbo y el Espíritu Santo, eres uno,

para que crean, esperen y amen al Dios único.

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Antes de la petición por los difuntos pueden añadirse intenciones particulares que concluyen con la respuesta propuesta más arriba.

5.Padre de todos los que viven, haz que los difuntos tengan parte en tu gloria,

en la que tu Hijo y el Espíritu Santo reinan contigo en íntima y eterna unión.

R. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Oración dominical

V.Y ahora digamos todos juntos la oración que Cristo, el Señor, nos ha enseñado:


Padre nuestro, que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu reino;

hágase tu voluntad en la tierra 

  como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación

y líbranos del mal.

Oración conclusiva

V.Dios Padre, que, al enviar al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación, revelaste a los hombres tu admirable misterio, concédenos, al profesar la fe verdadera, reconocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar la Unidad en su poder y grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

R.Amén.

Conclusión

1.En la recitación individual, o si el que preside no es un ministro ordenado, se concluye:

V.El Señor nos bendiga, 

  nos guarde de todo mal

y nos lleve a la vida eterna.

R.Amén.

2.Si el que preside es un ministro ordenado, bendice al pueblo diciendo:

V.El Señor esté con vosotros.

R.Y con tu espíritu.

V.La paz de Dios, 

  que sobrepasa todo juicio, 

custodie vuestros corazones 

  y vuestros pensamientos 

en el conocimiento y el amor de Dios 

y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

R.Amén.

V.Y la bendición 

  de Dios todopoderoso, 

Padre, Hijo

V.+

V.y Espíritu Santo,

descienda sobre vosotros 

  y os acompañe siempre.

R.Amén.

Si se despide a la asamblea se añade:

Podéis ir en paz.

R.Demos gracias a Dios.


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