Vísperas DULCE NOMBRE DE MARÍA, memoria libre
DULCE NOMBRE DE MARÍA, memoria libre
Vísperas
Invocación inicial
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Este es el día del Señor.
Este es el tiempo de la misericordia.
Delante de tus ojos
ya no enrojeceremos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.
En medio de las gentes,
nos guardas como un resto
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.
Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor que es justo
revoca sus decretos:
La salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo. Amén.
Himno latino
Magnæ Deus poténtiæ,
qui ex aquis ortum genus
partim remíttis gúrgiti,
partim levas in aéra,
Demérsa lymphis ímprimens,
subvécta cælis írrogans,
ut, stirpe una pródita,
divérsa répleant loca:
Largíre cunctis sérvulis,
quos mundat unda sánguinis,
nescíre lapsus críminum
nec ferre mortis taédium,
Ut culpa nullum déprimat,
nullum levet iactántia,
elísa mens ne cóncidat,
eláta mens ne córruat.
Præsta, Pater piíssime,
Patríque compar Únice,
cum Spíritu Paráclito
regnans per omne saéculum. Amen.
Salmodia
Ant. 1. Que tus fieles, Señor, vitoreen al entrar en tu morada.
Salmo 131
“Promesas a la casa de David”
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (Lc 1, 32).
I
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob».
Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles vitoreen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que tus fieles, Señor, vitoreen al entrar en tu morada.
Ant. 2. El Señor ha elegido a Sion, ha deseado vivir en ella.
II
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono».
Porque el Señor ha elegido a Sion,
ha deseado vivir en ella:
«Esta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.
Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan,
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha elegido a Sion, ha deseado vivir en ella.
Ant. 3. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Cántico
Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
“El juicio de Dios”
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Lectura breve
1 Pe 3, 8-9
Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados: para heredar una bendición.
Responsorio
V.El Señor nos alimentó con flor de harina.
R.El Señor nos alimentó con flor de harina.
V.Nos sació con miel silvestre.
R.Con flor de harina.
V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.El Señor nos alimentó con flor de harina.
Cántico evangélico
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Magníficat
Lc 1, 46-55
“Alegría del alma en el Señor”
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.
Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido
a nuestros padres—
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
Preces o intercesiones
V.Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo, diciendo:
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
1.Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia;
—
consérvanos siempre en ella.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
2.Tú que has encomendado al papa
N.la preocupación por todas las Iglesias,
—
concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
3.Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza,
—
y concede a todos la penitencia y la salvación.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
4.Tú que quisiste habitar en un país extranjero,
—
acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
Antes de la petición por los difuntos pueden añadirse intenciones particulares que concluyen con la respuesta propuesta más arriba.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
5.A todos los difuntos que esperaron en ti
—
concédeles el descanso eterno.
R.Señor, refugio nuestro, escúchanos.
Oración dominical
V.Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos con confianza a Dios, nuestro Padre:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Oración conclusiva
V.Concédenos, Dios todopoderoso, que la bienaventurada Virgen María nos obtenga los beneficios de tu misericordia a cuantos celebramos su nombre glorioso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R.Amén.
Conclusión
1.En la recitación individual, o si el que preside no es un ministro ordenado, se concluye:
V.El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
2.Si el que preside es un ministro ordenado, bendice al pueblo diciendo:
V.El Señor esté con vosotros.
R.Y con tu espíritu.
V.La paz de Dios,
que sobrepasa todo juicio,
custodie vuestros corazones
y vuestros pensamientos
en el conocimiento y el amor de Dios
y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R.Amén.
V.Y la bendición
de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo
V.+
V.y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros
y os acompañe siempre.
R.Amén.
Si se despide a la asamblea se añade:
Podéis ir en paz.
R.Demos gracias a Dios.
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