Completas VIERNES VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, fiesta

 VIERNES VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, fiesta

Completas

Invocación inicial

V.Dios mío, ven en mi auxilio.

R.Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Examen de conciencia

En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada, que en la celebración comunitaria puede desarrollarse como en el acto penitencial de la misa:

El que preside dice:

Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.

Todos examinan en silencio su conciencia. Después se prosigue con una de las fórmulas siguientes:

I

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante vosotros, hermanos,

que he pecado mucho

de pensamiento, palabra, 

  obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, 

  por mi gran culpa.


Por eso ruego a santa María, 

  siempre Virgen,

a los ángeles, a los santos

y a vosotros, hermanos,

que intercedáis por mí ante Dios, 

  nuestro Señor.

Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:

Dios todopoderoso 

tenga misericordia de nosotros, 

perdone nuestros pecados 

y nos lleve a la vida eterna.

R.Amén.

II

V.Señor, ten misericordia de nosotros.

R.Porque hemos pecado contra ti.

V.Muéstranos, Señor, tu misericordia.

R.Y danos tu salvación.

Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:

Dios todopoderoso 

tenga misericordia de nosotros,

perdone nuestros pecados 

y nos lleve a la vida eterna.

R.Amén.

III

V.Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.

R.Señor, ten piedad.

V.Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.

R.Cristo, ten piedad.

V.Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.

R.Señor, ten piedad.

Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:

Dios todopoderoso 

tenga misericordia de nosotros,

perdone nuestros pecados 

y nos lleve a la vida eterna.

R.Amén.

Himno

Antes de cerrar los ojos,

los labios y el corazón,

al final de la jornada,

¡buenas noches!, Padre Dios.


Gracias por todas las gracias

que nos ha dado tu amor;

si muchas son nuestras deudas,

infinito es tu perdón.

Mañana te serviremos,

en tu presencia, mejor.

A la sombra de tus alas,

Padre nuestro, abríganos.

Quédate junto a nosotros

y danos tu bendición.


Antes de cerrar los ojos,

los labios y el corazón,

al final de la jornada,

¡buenas noches!, Padre Dios.


Gloria al Padre omnipotente,

gloria al Hijo Redentor,

gloria al Espíritu Santo:

tres personas, solo un Dios. Amén.

Himno latino

I [II]

Te lucis ante términum,

rerum creátor, póscimus,

ut sólita cleméntia

sis præsul ad custódiam.


Te corda nostra sómnient,

te per sopórem séntiant,

tuámque semper glóriam

vicína luce cóncinant.


Vitam salúbrem tríbue,

nostrum calórem réfice,

tætram noctis calíginem

tua collústret cláritas.


Præsta, Pater omnípotens,

per Iesum Christum Dóminum,

qui tecum in perpétuum

regnat cum Sancto Spíritu. Amen.

II [II]

Christe, qui, splendor et dies,

noctis tenébras détegis,

lucísque lumen créderis,

lumen beátis praédicans,


Precámur, sancte Dómine,

hac nocte nos custódias;

sit nobis in te réquies,

quiétas horas tríbue.


Somno si dantur óculi,

cor semper ad te vígilet;

tuáque dextra prótegas

fidéles, qui te díligunt.


Defénsor noster, áspice,

insidiántes réprime,

gubérna tuos fámulos,

quos sánguine mercátus es.


Sit, Christe, rex piíssime,

tibi Patríque glória

cum Spíritu Paráclito,

in sempitérna saécula. Amen.

Salmodia

Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. *

Salmo 87

Oración de un hombre gravemente enfermo

Esta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas (Lc 22, 53).


Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,

de noche grito en tu presencia;

* llegue hasta ti mi súplica,

inclina tu oído a mi clamor.


Porque mi alma está colmada de desdichas,

y mi vida está al borde del abismo;

ya me cuentan con los que bajan a la fosa,

soy como un inválido.


Tengo mi cama entre los muertos,

como los caídos que yacen en el sepulcro,

de los cuales ya no guardas memoria,

porque fueron arrancados de tu mano.


Me has colocado en lo hondo de la fosa,

en las tinieblas del fondo;

tu cólera pesa sobre mí,

me echas encima todas tus olas.


Has alejado de mí a mis conocidos,

me has hecho repugnante para ellos:

encerrado, no puedo salir,

y los ojos se me nublan de pesar.


Todo el día te estoy invocando,

tendiendo las manos hacia ti.

¿Harás tú maravillas por los muertos?

¿Se alzarán las sombras para darte gracias?


¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,

o tu fidelidad en el reino de la muerte?

¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,

o tu justicia en el país del olvido?


Pero yo te pido auxilio,

por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.

¿Por qué, Señor, me rechazas

y me escondes tu rostro?


Desde niño fui desgraciado y enfermo,

me doblo bajo el peso de tus terrores,

pasó sobre mí tu incendio,

tus espantos me han consumido:


me rodean como las aguas todo el día,

me envuelven todos a una;

alejaste de mí amigos y compañeros:

mi compañía son las tinieblas.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.

Lectura breve

Jer 14, 9

Tú estás en medio de nosotros, Señor; tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor, Dios nuestro.

Responsorio

V.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

R.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

V.Tú, el Dios leal, nos librarás.

R.Encomiendo mi espíritu.

V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Cántico evangélico

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Nunc dimittis

Lc 2, 29-32

Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz.


Porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado 

  ante todos los pueblos:


luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Ant.

Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

Oración

V.Oremos.

Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R.Amén.

Conclusión

Luego, incluso cuando reza el Oficio una sola persona, se dice la siguiente bendición:

El Señor todopoderoso 

nos conceda una noche tranquila 

y una muerte santa.

R.Amén.

Antífonas finales a la Santísima Virgen María

Después se canta o se dice una de las siguientes antífonas:

I [IV]

Dios te salve, Reina 

  y Madre de misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra;

Dios te salve.


A ti llamamos los desterrados 

  hijos de Eva;

a ti suspiramos, gimiendo y llorando,

en este valle de lágrimas.


Ea, pues, Señora, abogada nuestra,

vuelve a nosotros esos tus ojos 

  misericordiosos,

y, después de este destierro,

muéstranos a Jesús, 

  fruto bendito de tu vientre.


¡Oh clementísima, oh piadosa, 

  oh dulce Virgen María!

II [IV]

Madre del Redentor, virgen fecunda,

puerta del cielo siempre abierta,

estrella del mar,

ven a librar al pueblo que tropieza

y quiere levantarse.


Ante la admiración de cielo y tierra,

engendraste a tu santo Creador,

y permaneces siempre virgen.


Recibe el saludo del ángel Gabriel,

y ten piedad de nosotros, pecadores.

III [IV]

Salve, Reina de los cielos

y Señora de los ángeles;

salve, raíz; salve, puerta,

que dio paso a nuestra luz.


Alégrate, virgen gloriosa,

entre todas la más bella;

salve, oh hermosa doncella,

ruega a Cristo por nosotros.

IV [IV]

Bajo tu protección nos acogemos,

santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas

que te dirigimos 

  en nuestras necesidades;

antes bien, líbranos siempre 

  de todo peligro,

oh Virgen gloriosa y bendita.


Comentarios

Entradas populares