Completas JUEVES DE LA VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
JUEVES DE LA VIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Completas
Invocación inicial
V.Dios mío, ven en mi auxilio.
R.Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Examen de conciencia
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o revisión de la jornada, que en la celebración comunitaria puede desarrollarse como en el acto penitencial de la misa:
El que preside dice:
Hermanos: Llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Todos examinan en silencio su conciencia. Después se prosigue con una de las fórmulas siguientes:
I
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra,
obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María,
siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios,
nuestro Señor.
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
II
V.Señor, ten misericordia de nosotros.
R.Porque hemos pecado contra ti.
V.Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R.Y danos tu salvación.
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
III
V.Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos: Señor, ten piedad.
R.Señor, ten piedad.
V.Tú que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad.
R.Cristo, ten piedad.
V.Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Señor, ten piedad.
R.Señor, ten piedad.
Si preside la celebración un ministro, él solo dice la conclusión siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.Amén.
Himno
Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura,
sabiendo que eres tú quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tú cuidarás los sueños de la noche,
tú borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
Himno latino
I [II]
Te lucis ante términum,
rerum creátor, póscimus,
ut sólita cleméntia
sis præsul ad custódiam.
Te corda nostra sómnient,
te per sopórem séntiant,
tuámque semper glóriam
vicína luce cóncinant.
Vitam salúbrem tríbue,
nostrum calórem réfice,
tætram noctis calíginem
tua collústret cláritas.
Præsta, Pater omnípotens,
per Iesum Christum Dóminum,
qui tecum in perpétuum
regnat cum Sancto Spíritu. Amen.
II [II]
Christe, qui, splendor et dies,
noctis tenébras détegis,
lucísque lumen créderis,
lumen beátis praédicans,
Precámur, sancte Dómine,
hac nocte nos custódias;
sit nobis in te réquies,
quiétas horas tríbue.
Somno si dantur óculi,
cor semper ad te vígilet;
tuáque dextra prótegas
fidéles, qui te díligunt.
Defénsor noster, áspice,
insidiántes réprime,
gubérna tuos fámulos,
quos sánguine mercátus es.
Sit, Christe, rex piíssime,
tibi Patríque glória
cum Spíritu Paráclito,
in sempitérna saécula. Amen.
Salmodia
Ant. Mi carne descansa serena.
Salmo 15
El Señor es el lote de mi heredad
Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2, 24).
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi carne descansa serena.
Lectura breve
1 Tes 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Responsorio
V.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.Encomiendo mi espíritu.
V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Cántico evangélico
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Nunc dimittis
Lc 2, 29-32
Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado
ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Oración
V.Oremos.
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R.Amén.
Conclusión
Luego, incluso cuando reza el Oficio una sola persona, se dice la siguiente bendición:
El Señor todopoderoso
nos conceda una noche tranquila
y una muerte santa.
R.Amén.
Antífonas finales a la Santísima Virgen María
Después se canta o se dice una de las siguientes antífonas:
I [IV]
Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados
hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
II [IV]
Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y quiere levantarse.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
III [IV]
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
IV [IV]
Bajo tu protección nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
Comentarios
Publicar un comentario